Llega el momento que todos los peques más desean, y por qué no muchos padres, adiós a los madrugones, las prisas por la mañana durante unos meses. Pero también implica tener a los pequeños todo el día en casa.
Pero tener a los peques en casa no es lo único que pasa, toca cambiar armarios, guardar chaquetas, botas, abrigos y poner a mano los bañadores y sandalias para disfrutar de la piscina o la playa.
Quienes viven en las ciudades o alrededores pueden aprovechar para pasear y recorrer museos, centros culturales que se llenan de actividades infantiles, parques por la mañana temprano o la tardecita, de tomarse un rico helado o hacer un picnic en familia.
Otra opción que puede resultar muy beneficiosa es darse un paseo por las bibliotecas públicas, que aparte de tener aire acondicionado, podéis llevar a casa una buena cantidad de libros, películas y hasta música.
El verano es una época para disfrutar en familia, para intentar que las rutinas no nos ahoguen todo el año, para romper un poco al menos aquello que hacemos día a día, es una época para generar recuerdos y cargarnos de energía para seguir el resto del año.